DE ESTADOS, NACIONES, NACIONALISMO Y CIUDADANOS DEL MUNDO

Los conceptos Estado y Nación no son sinónimos. Los estados son realidades objetivas político-económicas que ejercen sobre un territorio. Las naciones son abstracciones subjetivas socio-culturales mayoritariamente sujetas a un territorio pero no siempre ni imprescindiblemente. Tenemos la nación gitana y otras donde las fronteras no se ejercen ni importan, lo que importa es el reconocerse y aceptarse entre ellos. Las naciones son emocionales, los estados son administrativos-prácticos. Por eso los estados tienden a atribuirse una realidad nacional para conseguir implicar las emociones y abducir a sus administrados, de manera que se sientan que traicionar al estado es traicionarse a si mismo. Evidentemente las naciones han tendido a establecerse como estado y por eso parece imposible separarlo. Pero hay gran diferencia, lo podemos resumir en ‘si lo pago es un estado, si lo siento es una nación’.

Algunos estados utilizan la palabra Patria para efectuar una influencia emocional sobre sus administrados como queriéndose diferenciar del concepto Nación. Sea porque existen realidades nacionales internas con las que se quiera distanciar, sea porque la derivada de Nación, nacionalismo, suena mal por la historia de mediados del siglo XX, sea por desconectar de otro tipo de sentimiento emocional nacional propio que se considera negativo; en definitiva, se pretende crear un sentimiento emocional de colectividad que no deja de ser otro sentimiento nacional y, por ende, nacionalista. Ahora hasta la que se dice llamar la verdadera izquierda usa el término ‘Patriotismo Constitucional’, la que ahora aplaude al Rey en el 2020. Recuerdo el ‘Todo por la Patria’ que rezaba en todo cuartel de la Guardia Civil y cuanto ha torturado y ejecutado en nombre de la Patria.

Ese ‘reconocerse y aceptarse’ colectivo es básico en el humano. Tenemos los humanos esa herramienta única y que consideramos la mejor maravilla del universo universal a la que le pusimos el nombre de cerebro. Resulta que nos resuelve infinidad de problemas que nos asegura la supervivencia como a nadie y nos aporta el dominio de la Naturaleza. Pero ese instrumento nos tortura a diario preguntándonos por ‘el ser’, ¿Quién soy? ¿Qué pinto en este mundo? ¿Para qué este mundo? Etc. Resulta que ese instrumento es mucho más limitado de lo que nos gusta creer, no nos explica la realidad completa, no nos puede dar toda la consciencia del ¿de qué va todo esto? O sea, la Teoría del Todo que tanta tinta ha gastado y la que gastará. Cuando nacemos lo primero que sentimos es miedo, lo segundo es la duda con su pregunta compuesta ¿qué hago aquí? ¿qué soy? ¿qué debo ser? ¿cómo debo ser? ¿cómo debo funcionar? (como no conocemos las palabras lo único que tenemos son las emociones con las que empezamos a construir los sentimientos). Así empezamos a construirnos, a través de nuestros padres, a través de nuestra familia extensa, a través del colectivo al que pertenecen nuestros familiares; esa colectividad que tiene una explicación relativamente completa de esas preguntas y que se creen a pies juntillas y que toman como verdad. Mientras creen que es ‘La Verdad’ es Religión, cuando ya se reconocen como otra más posible, pasamos a llamarle Cultura. Cultura y Nación van de la mano, la diferencia de una y otra es poca, la hay, pero nos pasaríamos horas discutiendo la diferencia según cada cual y según cada rama teórica o ‘ciencia’ la usa. Hay culturas nacionales, supranacionales, subnacionales, (mixtas de las dos como la de los rockeros por decir una), etc.

La adscripción nacional no es fácil de ser escogida ni, por lo tanto, de ser abandonada. Como un hombre (entendiéndolo en general como hetero) no puede ser feminista, así como así de la noche a la mañana porqué haya visto la luz después de un gran esfuerzo intelectual de entendimiento de sus razones, lo mismo ocurre con el sentimiento nacional. Son viajes interiores larguísimos, dignos de la Odisea de Ulises para llegar a Ítaca, o aun peor, nunca puedes estar seguro de haber llegado y ser un espejismo inventado de tu propio interés de llegar…..o de no haber salido apenas. Si es ya un viaje difícil para las propias mujeres, ¿cómo no lo va a ser para un hombre? Lo mismo, o aún peor, ocurre con el sentimiento nacional. Uno no puede considerarse ‘libre’ de él por ejercicio intelectual puro, de llegar simplemente a una conclusión. Uno primero debe posicionarse como un eterno sospechoso de ser machista o nacionalista, ponerse en cuarentena y luego establecer una eterna rutina de hacerse PCRs. Es agotador, cierto, pero así son los viajes y así debe ser si se quieren descubrir las maravillas.

Yo me considero ‘No nacionalista’, no digo ‘yo no soy nacionalista’ porqué primero me tengo que descubrir mi nacionalismo para ejercer el no nacionalismo, debo tenerlo muy presente, así como tampoco nunca ‘matarlo’, así no necesito el recuerdo de la vacuna para tenerlo presente y reconocer ‘el enemigo’. Hay que tener en cuenta que no puedes matar algo que forma parte de los cimientos de tu ser con el que has aprendido el mundo y quién eres. Como tampoco dejar de reconocerte tanto y tanto que acabes aceptando como propio el nacionalismo de otros creyendo que no lo es; porqué resulta que muy, muy pocos hacen el auténtico viaje de no ser nacionalista, muchos menos que el de ser feminista.

Estamos muy lejos, si existe, del sentimiento de pertenencia colectivo único, universal por decirlo de algún modo. Primero, porqué no podemos eliminar el propio. Segundo, porqué creyendo en un sentimiento colectivo universal (que no dejará nunca de ser un sentimiento nacional aunque sea único) lo más fácil es que proyectemos el propio (con demasiado pequeños matices) al resto de los humanos como ‘el sentimiento a seguir por todos’. Tercero, porqué así, lo que hacemos en el fondo es arrasar con la validez de los valores culturales de los demás al considerarlas cuestiones secundarias o folclóricas. ¡Vaya! Precisamente lo que atribuimos como lo más negativo del Nacionalismo.

Ser ‘No Nacionalista’ es un ejercicio de terrible humildad reconociendo el propio como uno más, desactivando en lo posible lo nocivo, admitiendo el de los demás, aprendiendo los valores de ellos reconociendo lo que carece el nuestro. Puede que así, sumando, ejerciendo esta humildad internacionalista se pueda crear un Pannacionalismo, que nunca dejará de ser nacionalismo porqué si no ya seriamos Dios, y nuestro cerebro lo sabría todo del mundo mundial y sin necesidad de explicarse nada, sin verdades por descubrir y consensuar con los demás humanos: Prefiero continuar siendo humano de limitado cerebro.

ABOGADO DE LA NEGATIVIDAD

Por ‘Abogado del Diablo’ entendemos  aquel que, sin creer su inocencia, se decide por defender algunos aspectos menos malintencionados de la persona, entidad o concepto que damos unánimemente por culpable y gravemente lesiva para el conjunto de la humanidad.  Sirve para entrever razones que la obsesión por sentenciar y castigar la culpa no deja vislumbrar. Algunas veces, con su ingrato oficio, se descubren inocencias de causas que, si no, serian perdidas, y que han marcado puntos de inflexión en el pensamiento humano a lo largo de la historia cuando nos han reflejado nuestro miedo colectivo al cambio.

Pues bien, con la misma intención, me erijo en Abogado de la Negatividad, eso que tanto odiamos por lo mal que nos sienta: nos produce malestar y parálisis, nos quita energía y nos engulle a su caverna de la tristeza. Unos dicen que es el miedo en sí, otros nuestros fantasmas internos, otros el lado oscuro. Pero nadie sabe decirnos con exactitud su naturaleza y origen.

Que algo o alguien sea calificado de negativo es casi un desplante y la antesala de la marginalidad. Se procura obviar hablar de la negatividad, es feo e incluso de mala educación. Hay quien huye despavorido, se le retuerce la boca y gesticula muecas de horror. Otros, más reflexivos, se hacen el despistado y cambian de tema; la mayoría de ojeadores de este texto ya habrán abandonado su lectura. Mientras, circulan innumerables frases proponiendo ser ‘positivo’, nos llenamos la boca de esta palabra, se publicitan seminarios y cursillos de ‘pensamiento positivo’, nos exigimos unos a otros ser ‘positivos’ y llegamos a competir para parecerlo más que nadie. Parece que todo lo tenemos que dividir en dos columnas, la positiva y la negativa para enviar esta última a la papelera de reciclaje configurado en modo de irrecuperabilidad automática. La negatividad necesita un abogado.

Montones de gente se avergüenzan cuando les invade la negatividad, unos se encierran y desaparecen un tiempo, otros lo niegan por mucho que se les note, más otros se bipolarizan en un esfuerzo por superarlo. Pero ninguno lo confiesa. Mis pocos amigos son aquellos que se me muestran tal cual se sienten en esos momentos y, así mismo, saben aguantar los míos.

No ha sido así en otros momentos de nuestro pasado. Cuando llegar a viejo era una lotería que a muy pocos tocaba y la muerte nos visitaba casi a diario entre nuestros parientes y vecinos. Y cuando los niños veían caer muertos por la calle. Hoy se los escondemos para evitarles la negrez de la vida no sea que se les despierte la melancólica negatividad y les marque el provenir. La muerte, lo único seguro que hay, la negamos como realidad.

¿Y porque la tememos tanto? Nos aterra. La imaginamos como algo en lo que si caemos ya no salimos o es muy difícil; como si fuera una tentación que hay que evitar, hasta un pecado. Pero ¿cómo algo que nos sienta mal nos puede tentar? Parece que haya cierta estética atractiva en la negatividad que nos atrae; y además persistente. Nos intenta mostrar otro mundo paralelo al nuestro, mundo que no coincide con el que percibimos como real, auténtico. Paralelo al mundo que acordamos con los demás que es el real y tememos no ser reconocidos si nos separamos unos centímetros.

La negatividad es aquello que cuando se instala nos hace ver las cosas de manera radicalmente diferente, generalmente pesimista, nos quita los colores de nuestras ilusiones y las pone feas, les resta importancia y nos las muestra ridículas cuando no peligrosas, cogemos miedo. Sea como sea, la negatividad nos persigue a casi todos, y mucho me temo que si no la aceptamos de frente nos entrará por la puerta de atrás y nos descubriremos, más tarde que pronto, el lobo disfrazado de cordero: la negatividad como forma retorcida de positividad cuando descubrimos que nos hemos engañado a nosotros mismos. ¿Tan sibilina y malvada es?. Para cumplir con mi defendida debo decir que NO, y propongo otras preguntas: ¿Por qué somos tan débiles ante su presencia y huimos? ¿No nos dice la positividad que somos tan geniales y fantásticos y podemos con todo? ¿Y tememos a un fantasma?

Seamos fuertes y escuchémosla, algo tendrá que decir, para algo servirá, alguna razón tendrá. ¿Por qué hemos de creer que siempre ha de haber un opuesto al que culpar? ¿No puede ser una simple opción más? ¿No vamos a pedir una segunda opinión a otro médico antes de decidir? Puede que de eso se trate, de decidir; de escuchar, reflexionar y decidir con plena conciencia de toma de riesgos en lugar de seguir un idealizado destino-suerte al que nos creemos ser llamados descargándonos de responsabilidad.

¿Cuánto positivista había antes de explotar la burbuja inmobiliaria y la crisis? ¿Cuántos de estos están atrapados en esas insensatas hipotecas? ¿Cuántos negativos argumentos se dejaron de escuchar? ¿Cuánto se hubieran agradecido hoy haber hecho caso? Señores del jurado, no es mi intención limpiar a mi defendida con la suerte de otros, si en ese momento mis circunstancias hubieran sido otras, probablemente también hubiera caído en esa oleada de positivismo económico y ahora estaría lidiando con mi hipoteca o mi desahucio. Pero que conste en acta que el positivismo tiene culpas que, por mucha buena fama y carisma que tenga,  no deben quedar impunes.

Ante este empate, señores del jurado, propongo absolver a los dos o condenarlos conjuntamente al eterno diálogo. Pero si aun necesitan un culpable, les sugiero que miren a otro más escondido en nuestro interior, que ni se nota, a uno muy silencioso que apenas nos cuchichea al oido, para nada destaca. La culpo de evitarnos escuchar todas las partes positivas y negativas y reflexionar antes de decidir, la culpo de obviarnos esfuerzos y sacrificios necesarios para dar vida a nuestra vida con nuestras decisiones: La pereza…sobretodo la intelectual.

MÁS ALLÁ HABRÁ UN LUGAR…

Hoy me puse a meditar. No lo hago cada día como recomiendan los gurús, sabios maestros y, últimamente, psicólogos y neurólogos que dicen haber comprobado sus beneficios. Lo hago cada vez que el cuerpo-mente me lo pide. Me sienta mejor que cuando lo intento cada día; pienso que la rutinización de esta práctica anula los beneficios que pretende aportar porque, si buscamos limitar el control de la mente sobre nuestros pensamientos y emociones, la rutina es su terreno y lo que mejor sabe manipular.

Pero hoy ha sido especial, me ha aportado una sensación que pocas veces consigo. Me sentía feliz cuando antes estaba algo más que triste. Cuando volví en mí,  a mi normal rutina pensadora, quise desgranar esa alegría aparentemente gratuita. Mi laboratorio de análisis que llevo encima de los hombros se le cae la baba ante estos retos de retratar en palabras las sensaciones que parecen venir del más allá.

Analicé y analicé, palabreé y palabreé lo imparlable. Me sentía eterno aun con la plena conciencia de mi muerte segura, de mi muerte carnal. Entonces, ¿de qué esa sensación de felicidad y eternidad? ¿Y de integridad? Dejé de pensar y lancé a mi imaginación más allá de mi existencia, más allá del drama, del drama de mi muerte cuando llegue. ¿Qué sería de mí?

Foto de Víctor Pérez EpicDesing@hotmail.com

Foto de Víctor Pérez
EpicDesing@hotmail.com

Pues no me vi, pero me sentía. No me vi como me sé ver, me vi dividido en millones, billones, trillones de partículas vagando por el universo, por este y otros, incrustándose en otros cuerpos, objetos o materias. Pero,  ¿era yo? No, no lo era. Pero era feliz porque yo existía sin ser yo. Me sentía feliz porque estaba en cualquier parte sin ser yo. Entonces, ¿Y yo?

Lo que en la imaginación era algo para alegrarse, en la razón es un drama: La muerte. La mente deja de existir, el yo desaparece. No hay un cielo ni una dimensión extratemporal. No hay un espíritu, alma, karma y sus diferentemente razonadas versiones. Lo que existe con la muerte es una devolución de las partículas atómicas y subatómicas prestadas para configurar un material que alojaba y soportaba un yo.

¿Para qué se molesta la existencia en crear un yo si lo que nos hace felices es difuminarnos en el todo? Subordinarnos al criterio creador de no sabemos qué entidad nos llena de gozo. Parece ser que disminuir el ego es la clave para sentirse en paz con el mundo y la existencia. Alejarse de la vanidad, del orgullo nos acerca al sosiego. Lo presenta como la gran lección de la vida, desprenderse de uno mismo, dejar lastre, soltar ataduras y apegos.

¿Y todo ese aprendizaje por el que hemos pasado? ¿Toda esa experiencia? ¿Dónde va? ¿Qué provecho se saca? ¿Quién o qué lo aprovecha si nos desperdigamos en partículas para formar parte de otros entes? ¿Para qué aprender, pues? ¿Para qué todo lo sufrido hasta que nos hemos dado cuenta?  ¡Y el sufrimiento! Si desaparece mi yo, ¿dónde va ese sufrimiento? El sufrimiento no buscado, esas veces que nos sentimos que nos han matado el alma, esas decepciones insospechables, esos amargos tragos. Si acaba nuestro yo ¿Dónde nos dan la medalla al mérito o la Legión de Honor? ¡Qué menos! ¡Un poco de gloria antes de desaparecer!

Yo lo vivo (¡ay! ¡Ese yo!),  como dos realidades paralelas interconectadas. Siento esa conexión divina y entregada con la existencia pero al mismo tiempo no abandono mi yo vanídico. ¿Porqué renegar de lo que venía de serie con el cuerpo? Para algo está. Lo debemos vivir, y dejar para otro momento esa sensación de comunión con el todo, cuando ya no tenga sentido mantener mi yo. Aunque sea solo por si un acaso, por si más allá hubiera un lugar… donde mi yo fuera a parar.

EL PUNT DEL GÈNERE

No va de roba de llana ni del misteriós punt ‘G’. Va del tema clàssic de tota conversa en grup mixta, les diferències entre homes i dones: Que qui són més intel·ligents, que si més forts i resilients (nova paraula de moda), que més competitius i violents o més cooperatius i solidaris, que qui més sensible als estats d’ànims i compassió, que qui més de llengües o de mapes, que qui més complicats o simples i un llarg etcètera.

Es treuen molts arguments cientifistes, es fa referències a multituds d’estudis estadístics, d’experimentació científica, de recerca antropològica, de comparació amb el món animal. Per a mi no tenen gaire validesa quan l’investigador, el jutge i l’interessat és la mateixa persona. De principi, tots som igual de tontos: naixem amb la més completa incertesa, amb necessitat de patrons i d’identitat que ens expliquí què punyeta fem en aquest món, de què va, com comencem i què s’espera que fem. Això ens ho aporta uns pares amb l’estreta complicitat i monitorització d’un entorn social amb mil·lennis de tradició. Només això desmunta les enquestes, estadístiques i moltes investigacions de camp antropològiques perquè experimenten amb material condicionat i contaminat.

Un curt vídeo imperdible d’investigació antropològica ben feta amb resultat sorprenent al final:

Curiosos són els exemples del món animal, tan superiors que ens hi sentim i tan que ens hi volem semblar quan ens interessa. L’humà és humà perquè aconsegueix supeditar la predestinació animal en tots els aspectes. Ens omplim la boca de la paraula ‘llibertat’ però utilitzem exemples animals per donar raó als nostres interessats arguments. Són els creadors d’essers semivius com els ordinadors esclaus dels més baixos instints animals?

És clar que hi ha diferències físiques, els homes més robustos i forts, les dones menys. Segurament associat a l’esforç intern que requereix parir, al ser mamífers, que obligava als homes a un esforç extern per proveir aliment i defensa. Però l’avanç tecnològic ha suprimit aquesta diferència, ja no cal força, ara cal ment i inventiva per a que la tecnologia treballi per tots.

Ah! Les diferències mentals, neuròlegs a l’atac de la cerca de la diferència funcional del cervell. No diuen que és tan plàstic? Que canvia constantment? No pot ser que la contaminació dels patrons educacionals de conducta social es mostri també en el mapa cerebral que diuen diferent en homes i dones? També deien que el cervell d’Einstein era diferent, potser Einstein era d’un sexe que encara desconeixem?

I què que ho siguin de diferents! També ho és un PC de un APPLE, fan el mateix i competeixen per a fer el mateix, a la que un fa una cosa diferent l’altre corre a emular-lo. Diuen que un es penja més que l’altre o que tenen més virus…..sempre et pots passar a LINUX. Ah! Potser els robots que crearem els humans, com els farem semblants a nosaltres, un sexe serà sistema PC i l’altre APPLE, per allò de la poma, Adam i Eva. Ai, quin xist! Ho heu entès? Apple = Poma.

Sembla una competició per guanyar-se la diferència, sembla que l’important és ser diferent. Serà per sentir-se millor als de l’altra banda? Serà per sentir-se pertanyent a un col·lectiu? Per tenir clar com ‘sembla’ que haig de ser? Serà per necessitat de simplificar conceptes de les sempre complicades relacions refugiant-se amb el concurs dels que creiem del propi bàndol? Em sembla que és una barreja de tot això.

No són pocs els que no són capaços de veure el món més enllà d’una pronunciada separació entre sexes, on el joc de la seducció i de la recerca de l’admiració de l’altre són el seu motor de vida. Necessiten dir-se ‘quant home’ o ‘quant dona que sóc’ i trobar la confirmació entre els membres de l’equip contrari. És una reducció simplificadora de l’existència en la que els gays no tenen cabuda; curiós és observar que aquests tipus de persona no accepten amb facilitat la seva existència i els cataloguen de malalts.

Per a mi el problema és d’ambició interna, de personalitat: Quina necessitat tenim de marcar les diferències? Perquè no podem triar esforçar-nos en ser el millor de tot? Perquè no podem decidir per cadascú de nosaltres i triar millorar la persona que ja som independentment del sexe?

Proclamar les diferències sempre significa dir-se: ‘Jo sóc del grup dels millors’. Aposto per ser més internament ambiciós: ‘Jo vull el millor de tots els grups’. Si tots féssim així, les diferències acabarien desapareixent, així com els grups, i ja no ens importaria el gènere sinó la persona.

Per aquells tan cientifistes que tan creuen en les molt precipitades conclusions de la neurociència: Em podeu explicar com està distribuït un cervell d’homosexual o lesbiana?

Punt final al gènere.

DIOS NO NECESITA SER CREIDO

Sea por provenir de una familia católica profundamente practicante o por ser simplemente un humano, siempre he tenido presente la idea de Dios y constantemente reflexiono sobre su existencia y su presencia.

Desde muy joven deserté de las convicciones católicas, e incluso cristianas, en la manera que sus administradores recomiendan. Me quedo con el mensaje ejemplarizante del protagonista del Nuevo Testamento y su núcleo resumido en la frase “Amar al prójimo como a tí mismo”.

Mi principal duda no se basaba en la pertinencia de un Dios que permitía las atrocidades humanas de este mundo, eso siempre tuve claro que era decisión suya. Se basaba en la discriminación que suponía para los humanos que a lo largo de la historia no les llegó el mensaje de Dios y no eran, por tanto, bautizados ni cumplir otros sacramentos; lo que significaba estar en pecado mortal y sin posibilidad de confesión, arrepentimiento ni absolución; así que no tenían derecho a la vida eterna ni a otra oportunidad mediante la reencarnación por no estar previsto más que para Jesucristo. Podían ser más buenos y santos que cualquiera de los papas y sus delegados, pero nadie se ofreció a regarles con agua bendita por la cabeza. Todo eso por el mero hecho de haber nacido en otra civilización o antes de las venidas de cualquier mesías.

Entre mi prematura y larga formación religiosa y lo que alcancé a leer de la Biblia, concluí que se trataba de una recopilación de historias, leyendas, alegorías que sirven para fundamentar y justificar las creencias, tradiciones, organización y leyes de una tribu inicial que acabó siendo nación. Nación que tuvo, por lo menos en lo ideológico y religioso, una influencia mucho más que notable en las naciones de nuestro entorno.

Investigando otros conocimientos religiosos y hurgando en mi interior, deduje que Dios no podía ser resumido en ningún libro, solo podía ser una experiencia y que esta no le podía ser negada a nadie, es más, es propiedad inajenable de cada uno.

Mi experiencia me lleva por diversos imaginarios sobre Dios. A veces como un Dios ausente, encerrado en sí mismo; otras como un Dios novato que no sabe bien qué pretende; o en construcción, aunque denote que suponga que exista atrapado en la misma dimensión temporal que nosotros, o que dé a entender que somos los humanos los que necesitamos construir un Dios a quien descargar nuestras responsabilidades y angustias existenciales.

Otros imaginarios, más humanamente arrogantes, pasan por creer que todos somos dioses, que somos como una partícula de él que, en definitiva, es también su totalidad; la unión perfecta de lo individual y la unicidad del cosmos en un sentimiento interno y profundo que traspasa los límites dimensionales del tiempo y del espacio. Todo un alivio sentirse inmerso en el cálido y luminoso magma del no nada.

Para algunos, no tener una idea clara de Dios, o aventurarse a imaginarios irreverentes, les causa desasosiego y hasta culpa. No es mi caso, siempre me imagino un fondo bondadoso de Dios y hasta jocosamente entretenido con las ocurrencias humanas sobre él. Creo que siempre lo verá mejor que no otros imaginarios que permiten cometer atrocidades en su nombre. De todos modos es simple divertimento y a poco lleva; porqué Dios es indefinible por definición (y disculpen la redundancia).

Con mi habitual estilo de darle la vuelta al calcetín, o mirando en la dirección opuesta; en lugar de pensar en nuestra necesidad de Dios, un día se me ocurrió pensar en qué necesidad tenia él de crearnos si tan todo y absoluto es. De pronto me asaltó la idea que Dios nos creó para conocerse a sí mismo. Ahí la dejo, me parece una idea muy interesante y puede que conecte con la unicista de que todos somos dios. Es muy abierta y da mucho juego. A veces me parece que permite entrever cierta lógica entre libertad, responsabilidad y destino.

Otro día, paseando solitario por encima de un pequeño camino hecho sobre las rocas donde el mar rompía sus olas, calmoso aun pero con nubes amenazantes a lo lejos y ya oscureciendo, reflexionaba sobre las explicaciones naturales de la existencia que nos aporta la ciencia desde el Big Bang. Observaba el paisaje y escuchaba los sonidos, tanto de la naturaleza como de las gentes del puerto cercano y el tintineo de mástiles de los veleros amarrados, el viento se iba acercando. No, ninguna ola salvaje y traidora me arrojó al mar sufriendo ningún percance vital que me transformara espiritualmente. Pero maravillado con la observación sentí lo que muchas veces intento; mi mente racional y el irracional se pusieron a bailar armoniosos acariciándose deseosamente. Concluí que Dios no existía, lo vi claro y contundente, no había duda. Y en la plenitud de ese convencimiento me afloró una pequeña sensación, muy agradable y satisfecha, casi imperceptible pero inmensa, conecté con ese todo único que no requiere explicación. Desde entonces digo que Dios es la sensación que queda cuando concluyes que Dios no existe. Interpreto, pues, que Dios no necesita ser creído.cimg3278d.jpg

SOLIDARISME PROFILÀCTIC

Als fans de “El Secreto” i La Llei de l’Atracció us faig la proposta de fer un enviament massiu d’aquest llibre als treballadors del tèxtil a Bangladesh, aquells que no cobren més de 28 € al mes i que uns centenars han mort sepultats per les naus mal construïdes. Alguns d’ells en edat escolar

Com farà efecte i aconseguiran atraure l’energia per acometre el seu somni, haurem de preveure que la roba ens sortirà més cara, doncs les marques com Benetton i altres ja no trobaran personal tan barat.

La solució seria fomentar l’atracció còsmica per a que guanyem més diners per poder-ho comprar, o que els accionistes de Benetton i aquestes altres marques no fomentin l’atracció de guanyar més beneficis…..per si un cas, millor que venem les accions de marques de roba i comprem les de fàbriques d’armes. Buf! Menys mal que no tinc prou capital com per haver de triar entre els meus interessos i el dret de l’atracció dels altres.

No crec amb la llei de l’atracció, crec en la llei de la responsabilitat per molt negatiu que ens resulti pels nostres somnis materialístics. Però no és fàcil saber passar amb menys, perquè les relacions socials del nostre entorn es basa massa en l’aparença, fins i tot interpreta les creences, pensament, la bondat de la persona i la afinitat amb uns valors (suposadament d’economia sostenible) segons la capacitat que tenim de gastar i viure les mateixes experiències (per poc que aparentin costar). Per una cosa tan simple com fer senderisme ja no s’escau fer-ho amb uns texans vells, sabatilles que no tinguin ‘goretex’, jersei que ja no fas servir perquè ja fa moltes boletes, etc….Fins i tot els Okupes vesteixen marques!

Per a postres, en el nostre currículum social hi ha d’haver activitats espiritualistes com ioga, meditació, reiki; de pagament, és clar! Paguem peatge per viatjar al nostre interior, ni això sabem fer de franc. Volem contactar amb un cor que defuig i no sabem perquè, i ho compensem amb l’acceptació social embolcallada de pretesos bons sentiments.

A vegades, quan em sembla sentir que contacto amb el meu de cor, i li pregunto quina és la seva naturalesa, crec interpretar que em diu: ‘Em trobaràs més estimant als desconeguts que no pas als coneguts que també’.

Després hi ha allò de ser solidari, de tenir sentit compassiu; ens tornem pietosos de manual d’ONG. Tenim sentiments pels desfavorits de lluny nostre aportant uns centimets, però arraconem inconscientment als amics i coneguts que s’enfonsen a prop nostre, i al mateix temps fem el cec amb els desconeguts propers que només necessiten la nostra companyia, ser escoltats i compresos. Que no ens vegin amb ells ara que ja no poden vestir correctament per pujar al Pedraforca. Solidaritat profilàctica: que no ens contagiem de la seva absència d’atracció, millor que estiguin lluny, no fos que descobrim que és una fal•làcia, que només és una teoria per justificar la nostra sort sense sentir-nos culpables de que altres no la tinguin. Així, la culpa és seva perquè no la saben aplicar.

He tornat a veure la notícia de Bangladesh, una nena de 9 anys plorava desesperadament perquè ha perdut mare i germana, no te ningú. Qui li ensenyarà com aplicar la llei de l’atracció? Va! No triguem en enviar-li el llibre! Desvetllem-li el Secret! Però segurament no sabrà llegir……pobreta, no podrem evitar que acabi en la prostitució.

ABUSO DEL CHANGE.ORG

Muchos nos hemos llevado unas cuantas alegrías al cliquear un par de veces y a los pocos días se hace justicia. Un preso liberado o un indultado o evitado una lapidación o que un juicio se haga con garantías o admisión de proposiciones de ley como dación en pago o que le garanticen recursos para el tratamiento médico vital o…..

Qué útiles nos hemos sentido, y qué bien y satisfechos de nosotros mismos con solo leer un poquito y ejercitar el índice sobre el ratón. Qué fácil es este inicio de ‘Democracia Real’ de Chage.org, al menos en lo que a justicia se refiere.

Qué idea tan genial que tuvo Ben Rattray  (por cierto, iba para banquero por tradición familiar) que empezó defendiendo a su hermano homosexual de los rechazos y maltratos que padecía. Luego siguió con la denegación de registro en España de un hijo por gestación subrogada de una pareja homosexual, con sólo 600 firmas el ministro de Justicia dio la orden de admisión.

Sin embargo,  hace semanas que no hay solicitudes para grandes causas, y no creo que se deba a que ya estén resueltas las de lesa humanidad. Si las anteriores eran injusticias unánimes y a todas luces, las últimas son cuestionables y parciales, incluso alguna solicitud podría ser injusta en sí misma.

Les citaré 2, una es irrelevante y la otra hasta lesiva:

A mediados de febrero solicitan que el Parc Güell no llegue a ser de pago. Resulta que va a mantenerse gratuita para los vecinos, que son quienes lo sufragan con sus impuestos y quienes sufren el turismo en masa, que no les permite disfrutarlo como los que buscamos un parque cercano de casa para respirar su calma, además, toleran los cientos de autocares diarios que circulan y aparcan por sus calles. No es de recibo que firmen esta petición quienes no lo visitan ni una vez al año.

A principios de Abril aparece otra solicitud pidiendo el despido de una profesora de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Se dice que expresa en clase frases machistas inclusive las justificantes de la violencia contra la mujer, así como otras de intolerancia de la homosexualidad. Se dice que con ello adoctrina y atenta contra la libertad de expresión a alumnos que, según entiendo, son mayores de edad y escogieron esta universidad privada pagando sus matrículas. Ni es una escuela ni instituto de secundaria donde la enseñanza es obligatoria. Ya son mayorcitos, así que vayan al rector a quejarse, y si no que se cambien de universidad, y que aprendan a que en la vida hay que saber defenderse y abrirse el propio camino en lugar de protegerse con la masa abusando de medios como este. Como han escrito su nombre y ya han firmado casi 100.000 personas me suena a linchamiento.

Diréis que quien no esté de acuerdo pues que no firme. Con mucha razón, pero 2 son mis temores. Uno, que tanta solicitud irrelevante agote y ya ni nos fijemos en futuras solicitudes obviando, así, las realmente graves y necesarias. Dos, que demos por bueno todo lo que nos soliciten y firmemos sin fijarnos si eso perjudica a otra parte. Sea por una o por la otra, finalmente diluye y debilita ese inicio de ‘Democracia Real’ tan ansiada.

Una solución podría ser que los de Change.org se organizasen de algún modo, más o menos representativo, y decidan hacer filtros de solicitudes de manera que se lancen los realmente dolorosos. Pero podría ir contra el espíritu abierto de la organización y perder simpatías así como esa sensación de democracia directa, algo que no puede permitirse.

Otra solución es que seamos los solicitados de clics que decidamos su relevancia, dejando a la plataforma al margen de valoraciones y permitiendo, al mismo tiempo, una participación directa, real y democrática. Simplemente implementando una ‘contrafirma’, de manera que quien no esté de acuerdo lo pueda mostrar activamente en lugar de la pasiva de no firmar. Change.org tendría que decidir en qué porcentaje de firmas en contra sería requeridas para retirar esa solicitud, por ejemplo, una tercera parte de las positivas y entonces se dan por válidas el total de estas últimas.

Significaría la masificación de solicitudes, pero en este caso en lugar de agotar estimularía por la sencilla razón de darnos aun más protagonismo.

ESTIC POC IL·LUMINAT

Ahir, tot veient el programa REDES sobre la Teoria de la Relativitat, sembla que vaig aconseguir entendre-ho una mica més. Resulta que el temps és variable, no és constant.

Em segueix costant imaginar-me res sense el temps. Sembla que el temps només està dins del nostre cap, funcionem amb temps, per a fer qualsevol cosa necessitem temps. Pel que es veu, altres parts de l’univers no tenen temps o en tenen que va de diferent manera, com els forats negres que es mengen el temps, o si més no el varien.

Intento pensar en la variabilitat del temps i més impossible d’imaginar les seves conseqüències. Uns diuen que podríem viatjar al passat, fins i tot i ha un munt de pel•lícules i sèries en que aquesta és la principal font d’inspiració. Però jo no ho crec. Que varis fets que nosaltres els concebem que es donen en el mateix moment, i que és així com tenen sentit, pot ser que no ho siguin?

És com allò que diuen, per exemple, que ara estem veien com va esclatar tal o qual estrella fa no sé quina milionada d’anys. De fet, no deixa d’haver una referència de que allò va passar al mateix temps que la Terra nostra estava en no sé quin procés de formació -sense nosaltres en ella encara, pobrets! Només ens faltaria-, però es va donar al mateix temps que altres successos en l’univers, només que el captem ara perquè la llum viatja a (això sí que ho sé) casi 300.000 km. per segon i aquesta estrella estava molt, molt, molt lluny. Fins i tot, si el sol s’apagués de cop, trigaríem 8 minuts en quedar-nos a les fosques.

Però punyeta! Passa al mateix temps que altres coses i això ens és inseparable, només que la llum no pot córrer més i no tenim altres mitjans més ràpids per detectar-ho abans, però quan ens arriba li posem data i ja està!. Així que, com podem viatjar a un temps que no es dona al mateix temps que el nostre? És que aquell passat es trobava en un altre lloc a ics temps llum d’ara?

Així que tot te a veure amb la llum. Més que mai necessitem arribar a ‘veure la llum’. Hauré de reconèixer que estic poc il•luminat. I més quan d’aquí molts extreuen conclusions que alimenten centenars d’idees filosòfiques, espiritualistes i religioses. Fès que renegaven de la ciència i la matemàtica ara ja parlen de veritats científiques. Sembla que algunes posaran tractats de Física Quàntica com annexos als seus llibres sagrats.

Però anem a pams. Nosaltres funcionem amb temps, els nostres pensaments i conclusions requereixen elaboració i això requereix temps. A les hores, el nostre cap és incapaç d’imaginar-se res sense el temps. No fantasiegem, doncs, què vol dir que ara haguem descobert que el temps no és una mesura immutable a tot?. És una gran revolució. De la mateixa manera que no estem pensant a cada instant que estem respirant, que sense respirar ens morim; la humanitat no hi pensava que el temps fos una referència mòbil i fora del nostre control, però sense ell no existim.

Ara la meva fantasia a mode de conclusió i profecia: Si el temps és una variable més de l’existència com ho és la distància –ara estic allà, ara aquí, ara més enllà- que la podem més o menys controlar; els humans voldrem dominar-lo perquè ens va l’existència. Si l’univers no te temps o no es regeix segons aquest, els humans farem que es regeixi pel temps. Triguem els mil•lennis que triguem, de la mateixa manera que hem dominat la natura terràqüia, dominarem l’univers engarjolant-lo amb un temps regulat i fix com ho estem nosaltres.

Com podem pensar-nos a nosaltres mateixos sense el temps? Pot ser haurem d’eliminar la idea d’humanitat i crear-ne una altra. Potser serà una identitat individual. Potser serem eterns, però ja no humans amb el sentit social que representa, perquè sense història, sense fets relacionats entre ells -perquè han ocorreguts al mateix temps o interval comptabilitzable- no pot haver societat.

I dit tot això, confesso que tampoc estic convençut. A l’expectativa estic de les noves aportacions científiques.